Rino tiene que poner toda su energía en el campo esta vez. En Valencia, donde comenzó una nueva aventura como entrenador, de hecho es una polémica tras otra. Primero las acusaciones sobre alguna de sus declaraciones “contra mujeres, homosexuales y jugadores negros” (palabras desmentidas, pero que le han valido el fichaje del londinense Tottenham), ahora las imágenes de un entrenamiento en el que fuma su cigarrillo electrónico. ¿No se puede? Parece que no se puede.
Es un ambiente un poco extraño lo que se respira en un club que tiene que relanzarse después de una temporada fallida – incluyendo la final de la Copa del Rey perdida contra los sevillanos de Betis. José Bordalás perdió su trabajo por esto. Y Gattuso, que tiene el alma y el carácter para desarrollar su papel en Valencia, tiene que luchar contra los hashtags y grupos sociales que lo quieren fuera de España. Tan capaz como poco afortunado el calabrés que ganó con Italia el Mundial: primero fue despedido por el Napoli donde hizo una gran temporada y luego la falta de acuerdo con la Fiorentina. Y ahora las polémicas, que parecen totalmente injustificadas.
