A los 36 años si eres premier no puedes bailar ni divertirte. Las redes sociales son hoy implacables Torquemada que no permiten distracciones. Lo más importante es que te juzgan y envían la sentencia a las nubes de la memoria colectiva.
La finlandés Sanna Marin fue la víctima de este fin de semana de la caza virtual a hechos que no existen. Se han difundido dos videos: uno en el que baila en una fiesta privada, otro en el que lo hace con un cantante. No hay noticias, precisamente, pero momentos de diversión de un Primer Ministro que tiene la “mala suerte” de ser joven y hermosa y de haber traído – brillantemente, para decirlo en términos políticos – a Finlandia a la adhesión a la OTAN (el País nórdico limita con Rusia).
A la vista de las imágenes, la oposición solicitó inmediatamente una prueba de drogas y Sanna aceptó la extraña invitación. ¿Marin no puede bailar con amigos? “No tengo nada que ocultar. He bailado, cantado, abrazado a mis amigos, hecho fiesta, cosas lícitas”. Ahora toda la web, es decir, la cantidad anormal de personas en el mundo que vive delante de un pc, depende de los resultados de esta prueba, que se conocerán dentro de una semana.
Las mujeres finlandesas, al menos las que aún no se han rendido al poder de la virtualidad, han publicado vídeos online para apoyar a Marin. Ellas también bailan. Al menos hasta que Internet nos prohíba esto también.