Si no consigue la Copa más codiciada, Luis Enrique siempre podrá recordar a sus interlocutores que es el primer Mundial que España juega sin jamón. Llevarlo a Qatar fue imposible, a pesar de la insistencia. Los organizadores han recordado a la delegación ibérica cuáles son las reglas: nada de narcóticos o sustancias psicotrópicas a menos que sean necesarias, nada de productos falsificados u objetos que resulten ofensivos para las religiones, nada de imágenes de violencia o pornografía, nada de armas, nada de sustancias radiactivas y, por supuesto, nada de alcohol.
Pero también nada de productos de origen porcino, como es precisamente el jamón. No es una ausencia insignificante en las mesas de los atletas de la Roja. De hecho, es alimentación diaria, tradición, placer. Comienza hoy el Mundial con el partido entre los anfitriones de Qatar y los sudamericanos de Ecuador. Entre las reticencias y la posibilidad de ser censurados, no es un buen comienzo. También porque el Daily Mail británico ha contado de una combinación entre los dos equipos que jugarán el partido de apertura. Mentira o no, el sospecho permanece.
