¿Pero es posible que para hacer una mamografía hay que esperar dos años? ¿Y para una tomografía, una ecografía y una cirugía ortopédica uno? La Salud pública en Italia, lo dicen los datos, ha decidido dar paso a la privada. Donde se trata de inmediato, pero se paga y mucho.
Así que hace tres años, millones de italianos decidieron prescindir de la atención médica y en 2021 fueron 5,6 millones, un dato en aumento. La huida de los médicos de los hospitales públicos es ya imparable. Las consecuencias directas son que el 71% de los pacientes esperan más de lo que deberían para hacerse un examen o una intervención.
Y en el territorio no va mejor: los médicos de atención primaria son cada vez menos y con horarios de recepción más “difíciles” y solo el 3% recibe la atención domiciliaria integrada. Los recortes en la industria antes de Covid, que ascendieron a 37 mil millones, y las visitas “saltadas” durante la pandemia hacen el resto.
El caos es interminable, también porque los salarios de médicos y enfermeras se encuentran entre los más bajos de Europa y en 50.000 se irán en seguida, o al extranjero o en el privado donde se les paga más. Un dato puede explicarlo todo: el gasto sanitario italiano per cápita es de 2609 euros frente a una media europea de 3159 (en Alemania es de 4831). Los que tienen dinero se curan, los demás no.