Ochenta mil personas desafiaron el frío y la lluvia para manifestarse en Tel Aviv contra el Gobierno de Benyamin Netanyahu y su proyecto de revisión del sistema judicial, presentado en los últimos días por el ministro de justicia Yariv Levin. Entre los manifestantes también se encontraban la presidenta de los Laboristas, Merav Michaeli, el jefe del partido árabe, Raam Mansour Abbas, el ex ministro de Asuntos Exteriores, Tizpi Livni, y el ex ministro de Defensa, Benny Gantz, quien comentó: “Lucharemos por todos los medios legales para evitar un golpe de Estado”.
Netanyahu, lo había dicho extensamente también en la campaña electoral que llevó a su elección el 29 de diciembre pasado, quiere limitar los poderes del Tribunal Supremo, que de hecho, en ausencia de Constitución, es el único baluarte democrático en Israel. Bajo el paraguas de las protestas, ocurridas también en Geralusalemme y Haifa, se han reunido todos los que están en contra del nuevo premier. Veremos cómo tranquilizará la plaza el nuevo gobierno, formado por partidos judíos de derecha y también ultraortodoxos. El riesgo de una pared contra la pared con la oposición está ahí.
