La famosa Bolkenstein ha logrado convencer a pocas personas si es desde 2006 que quiere liberalizar, revolucionando el mercado del turismo, sin éxito. Quien tiene en concesión establecimientos y campings lucha desde hace quince años – en estas semanas de manera aún más feroz – sobre un par de principios que parecen de sentido común. El primero es que no se ve cómo se promueve la competencia, es decir, la que quiere Europa con la ley, cuando, en el caso de las subastas, multinacionales multimillonarias ganarían fácilmente sobre los gestores de nuestros chalets, colonizando las costas de Italia.
El segundo es que, como subraya Andrea Ruffini, referente del comité “Ora Basta” (tres mil partidarios en toda Italia), “la Bolkenstein debe aplicarse no a los bienes sino a los servicios”. Es noticia de ayer que el decreto Milleproroghe ha alargado los tiempos tanto para el mapeo de las costas (cinco meses más) como para la expiración de las concesiones (otro año, hasta finales de 2024).
Pero esto no es suficiente para los balnearios: lo han hecho también en estos días en Roma (encontrando también a la senadora Elena Leonardi) con el comité que agrupa no solo los balnearios sino otras diez categorías productivas. “No pedimos un ‘alargamiento’ – subraya Ruffini – Solo que se aplique a los servicios. Muchas costas son libres para eventuales adquisiciones de mercado. ¿Por qué hundir entonces lo que con razón es un verdadero Made in Italy?”.
Aunque la victoria final aún está lejos, los baños se han llevado a casa un buen resultado. “Es muy importante que con la decisión se haya querido la suspensión de las convocatorias de los municipios en este ámbito, al menos hasta la reforma del sector”. Es un punto muy importante de la enmienda de ayer. “Hay otra cuestión que hay que poner de relieve – continúa Ruffini, que es también concejal de Hermanos de Italia en Civitanova – En otros países ya han querido poner fin a la historia.
En España, por ejemplo, han anticipado la futura decisión europea con una indemnización de 75 años. En otra dirección, Portugal ya está ‘en mora’ pero sigue su camino. En Europa son muchos los que no quieren la ley tanto que estamos elaborando un documento único con otros países”. Por cierto, es bueno subrayarlo para aquellos que no lo sepan, los cánones a los gerentes este año han aumentado en un 25%. “Son justos, quizás hay que hacer una revalorización a nivel nacional”, concluye Ruffini.