Si no hubiera sido claro hasta ahora: el Reino Unido no quiere devolver los mármoles del Partenón a Grecia. Al menos no ahora, a pesar de los insistentes rumores de que un acuerdo entre Atenas y el Museo Británico sería inminente. El coup de theatre ha sido un clamoroso enfrentamiento diplomático entre los dos países, con el primer ministro británico Riski Sunak capaz de anular el revisado encuentro con el primer ministro griego Kyriakos Mitsotakis precisamente para definir la cuestión.
Mitsotakis y George Osborne, ex Ministro de Economía y ahora presidente del Museo Británico, han intentado poner fin a los frisos del Partenón. Atenas no quiere préstamos a corto plazo como Londres propone, sino que ha relanzado que las esculturas del siglo V antes de Cristo, las más famosas, sean devueltas para siempre. Aquel robo de hace doscientos años del diplomático Lord Elgin, entonces emperador ante el Imperio Otomano, sigue vivo en la memoria del pueblo griego, a pesar de que los dos países han mantenido, desde 1821 año de la independencia griega, excelentes relaciones. Aparte de la cuestión del Partenón.
Fregi “adquirido legalmente por Lord Elgin sobre la base de las leyes de la época”, como sostuvo hace unos años el entonces primer ministro Boris Johnson, un saqueo según los griegos. Catharine Titi, jurista griega e investigadora en el CNRS/Université Paris-Panthéon-Assas de París, en su ensayo The Parthenon Marbles and International Law, publicado por Springer, ha afirmado recientemente que en caso de litigio legal el derecho daría razón a Atenas.
“No hay evidencia de una transición legal válida. Ni recibos ni documentos oficiales que acrediten una posible venta o regalo por parte del Gobierno de Atenas. Londres ha avanzado durante mucho tiempo la existencia de un firman, un decreto otomano firmado por el sultán que habría autorizado a Elgin a retirar los mármoles, pero del original no hay rastro y solo se conoce una traducción italiana nunca autenticada. De la correspondencia entre Elgin y sus colaboradores en Atenas se desprende que el Gobierno otomano autorizó a Londres a realizar excavaciones en la Acrópolis y a recoger los mármoles encontrados en el suelo. En cambio, los hombres de Elgin montaron andamios y retiraron las esculturas directamente del Partenón”.