“Cuando acabe la Eurocopa nos vamos a sentir orgullosos de cómo ha actuado Sevilla, Andalucía y la selección española”. En el Patio de la Montería del Real Alcázar, en el acta oficial de presentación, Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol, ya sabe que los partidos que Sevilla acogerá serán un éxito. No sólo por el retorno económico, estimado en más de 200 millones de euros, sino también por la centralidad que la capital andaluza ha vuelto a conquistar en el panorama futbolístico internacional. La Cartuja es en este momento, y lo será también en el futuro, el estadio de referencia para todos los aficionados al fútbol españoles.
Y todo ello con una esperanza más: que los tres partidos que aquí en junio la selección jugará contra Suecia, Polonia y Eslovaquia sean el trampolín para conquistar la cuarta Eurocopa, después de las ganadas en el 64, 2008 y 2012. Junto a Rubiales el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, y el testimonial del evento, un gran jugador ya sevillista, Carlos Marchena. Moreno ya destacó que “pocas ciudades tienen una pasión tan intensa por el fútbol como es Sevilla… Hemos querido mantener el vínculo afectivo y emocional de esta ciudad con la selección y este momento encarna esa complicidad permanente entre ésta y la afición”. El corazón de Sevilla nunca traiciona.