“No la recibo como se recibe una condecoración, una insignia o un reconocimiento, hasta como se recibe un abrazo, que en esta ocasión tiene el valor inmenso de representar el sentir de los andaluces”. ¿Podemos dirigirnos mejor al corazón infinito de esta tierra? Al recibir la primera Medalla de Honor de Andalucía el Rey Felipe VI quiso tocar las cuerdas más verdaderas de la sensibilidad sevillana porque este abrazo “sostiene el valor inmenso de representar el sentir de los andaluces”.
No sólo. El Rey, acompañado por su esposa Doña Letizia, en su discurso también quiso subrayar “el papel relevante” que tiene Andalucía en el ámbito de las autonomías, precisamente el día en que falleció Manuel Clavero Arévalo. Y pidió unidad, “solidaridad y visión de un mañana que a todos nos convoque y comprometa”, en una temporada política que lo necesita y en la que el país debe superar los efectos nefastos de la pandemia: “Todos los españoles deben sentirse unidos ante ese común objetivo”. Es la unidad que representa Andalucia porque es “carácter, ejemplo e inspiración para toda España”.
“Estar en Andalucía es siempre estar en casa. La cercanía, la generosidad y la calidez que recibo en esta tierra hacen que me sienta como uno más entre vosotros; me hacen sentir un andaluz más entre andaluces” añadió Felipe VI, concluyendo, además de “comprometirse con el futuro” de Andalucia “el vínculo emocional entre esta tierra y la Monarquía, forjado durante siglos, se refuerza aún más en nuestros días”.
Juanma Moreno, por su parte, destacó que el “reconocimiento simboliza sólo el afecto mutuo entre la Familia Real y el pueblo andaluz, hasta su innegable respaldo a Andalucía, su ejemplar defensa de la unidad de España” en “tiempos de dureza jamás conocida”.