“Cuentan que en España un rey/De apetitos inconstantes/Cuyo capricho era ley/Enviaba a sus amantes/Hacer de un convento grey/Hoy los tiempos han cambiado/Y el amado timonel/En cuanto las ha dejado/No van a un convento cruel/Sino a un escaño elevado /La diputada Montero/Ex pareja del “Coleta”/Ya no está en el candelero/Por una inquieta bragueta/Va con Tania al gallinero”. Esta especie de poesía, editada en la revista de la asociación judicial Francisco de Vitoria, puede ser también de dudoso gusto, por lo que han sentenciado los jueces, “incierta y desafortunada”, también puede molestar – tanto que la ministra de Igualdad, Irene Montero, ha hecho causa – pero no puede ser sancionada, en este caso con una multa de 70.000 euros, “al estar amparada por la libertad de expresión”.
El honor de la ministra, casada con el ex vicepresidente del Gobierto, Pablo Iglesias, no ha sido violado, dicen los jueces también porque el poema – o el supuesto tal, no nos parece una composición tan feliz – “debe ser soportada por el cargo público afectado”. El texto se dirigía sin duda a ella, ya que iba acompañado de una fotografía suya. Aunque los autores no sobresalen en la escritura del texto, es más, si te llamas Montero y tu pareja es el secretario general del partido al que perteneces es normal para los jueces que pueda ser “lógicamente, objeto de crítica”. La libertad de expresión, subrayan los jueces, es un derecho más sólido que las molestias que pueden sufrir las “víctimas” de la sátira.