Muy pronto, una vez aprobada la ley, bastará con “rectificar” a cualquier funcionario del Registro Civil su sexo, después de haber rellenado un formulario. Nada más simple. Todos podrán hacerlo después de los 16 años. Sólo los niños de 14 a 16 años deberán estar acompañados, en la formulación de la petición, por padres o tutores legales. En España, el cambio de identidad sexual será muy fácil. Un formulario y un pasito de preguntas, ni siquiera vinculantes.
Gran polémica en todo el país por el anuncio de que el martes el Gobierno aprobará la llamada Ley trans, muy querida – y también en contra de la voluntad no sólo del centro-derecha sino también de ambientes socialistas relevantes – por Unidas Podemos. La autodeterminación de genero se podrá decidir con una simplicidad impresionante, sin presentar informes medicos o haber pasado por un proceso de hormonación de dos años como impone la actual ley.
En sólo cuatro meses entre la cumplimentación del primer formulario y la confirmación, con dos vistas al Regsitro Civil, se podrá cambiar de sexo: se llama autodeterminación precisamente porque todo el proceso se hace por sí solo, sin la intervención de terceras personas.
Las primeras en impugnar la Ley trans fueron las mujeres, reunidas en asociaciones femeninas o no: “hemos demostrado documentándolo que la mujer está discriminada y ahora, con esta liberalización, ¿cómo vamos a desmantelar aún las desigualdades?”. Sin embargo, a pesar de las fuertes resistencias, parece que ha llegado el momento de poder decidir si se es hombre o mujer, a voluntad, y quizás no pensándolo demasiado. Francamente demasiado.
