Nos quedamos en ese marzo de hace 18 años. Era 2003 y el municipio de Carboneras (Almería) concedía la licencia de obras al hotel El Algarrobico. La situación es la misma hoy porque este símbolo del urbanismo salvaje gracias a una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) permanecerá en pie hasta que el Ayuntamiento en cuestión anule esa licencia lejana.
“La demolición por razones de legalidad de las obras construidas sólo es una decisión que corresponde a la Administración o Administraciones, una vez finalizado el procedimiento de revisión de oficio de la licencia” se lee en el documento elaborado por los jueces. En 2016 el Tribunal Supremo puso lo que parecía la palabra final a la historia: el suelo del parque natural de Cabo de Gata no era “urbanizable”.
Greenpeace, la asociación que había recurrido a la justicia para tener razón en el desastre ambiental se dirigirá una vez más al Tribunal Supremo: “Si un planeamiento es ilegal, los actos posteriores en ese terreno no urbanizable también lo son”. Un caso kafkiana que todavía mantiene en pie el hotel-monstruo, construido y casi completado en 2006 rompiendo también la Ley de Costas.
Por parte de Greepeace señalan con el dedo al alcalde socialista de Carboneras: “Estamos en puertas de entrar en la vía penal porque es un desprestigio para la Justicia que el Ayuntamiento no cumpla ninguna de las sentencias. Debe hacerlo, y no, empezar la vía penal contra el alcalde después de que pidamos al TSJA que le aperciba por desobediencia” destacó José Ignacio Domínguez, el abogado de la asociación ecologista.