Es un milagro: un pueblo voluntariamente amigo de la demencia. Se encuentra en el sur de Italia, en Calabria y es el único lugar en el mundo, gracias a los esfuerzos de la asociación Ra.Gi de Catanzaro, donde quien tiene Alzheimer vive,juntos con los mil habitantes de Cicala, una existencia normal, como si la enfermedad no los hubiera afectado. Se intenta así derrotar el abismo de soledad, de disolución de los significados y del mundo circundante, con el que este tipo de enfermos combate cada día.
Y así los primeros 16 que experimentaron este tipo de cuidado alternativo – vivir y confundirse entre sí, tratando de recuperar esos detailles de memoria que han desaparecido como en un apagón infinito de la mente – pierden, para estar en compañía, parte de las señales de pérdida de orientación, repetitividad o irritabilidad que son parte de la enfermedad. O al menos este es el camino. Solos no pueden estar, jóvenes o ancianos: es como si a estos enfermos les hubieran devuelto una identidad con el proyecto de hospitalidad difundida, tanto para ellos como para sus familiares.