Se dio cuenta al azar 19 años después. Un error humano cambió su vida. El día del nacimiento María (la llamaremos así, aunque no sea el nombre real) fue intercambiada en la cuna con otra. El simple descuido de un enfermero. Y así vivió toda su vida con una familia que nada tiene que ver con la biológica. María se dio cuenta por una disputa familiar cuando su padre dijo que esa hija no era la suya, cubriendo así una mentira de 19 años.
La chica en ese momento – análisis de ADN dispuestos por un tribunal confirmaron esa versión – se dirigió a los jueces y reclamó una indemnización de más de tres millones de euros por el mal intercambio y no haber crecido con su verdadera familia. Sucedió en Logroño. ¿Cómo va a terminar? Sólo con el ADN del verdadero padre, el biológico, tendremos las primeras confirmaciones, y luego las aulas de los tribunales hablarán.