El empleado que va a tomar el café en el horario de trabajo, incluso autorizado por los superiores, lo hace bajo su propio riesgo. Lo estableció el Tribunal Supremo italiano que dijo que no a la solicitud de una trabajadora florentina que se había roto una muñeca durante una visita al bar: ninguna indemnización por enfermedad o invalidez porque la pausa para un café, así sentenciaron los jueces, es una elección libre y no una necesidad urgente en el tiempo de trabajo.
Tomar un descanso no es algo que no se puede evitar, añade la sentencia, como ir al baño y los que se alejan de la oficina para llegar a un lugar cercano “se expone voluntariamente a un riesgo no necesariamente relacionado con el trabajo para satisfacer una necesidad ciertamente procrastinable y no urgente”. La empleada había obtenido en primera y segunda instancia una indemnización de daños permanente del 10 por ciento, pero la “Cassazione” lo ha borrado todo.
