“This is Ground Control to Major Tom/ You’ve really made the grade/ And the papers want to know whose shirts you wear/ Now it’s time to leave the capsule if you dare”. Dawid Bowie ya lo imaginó en su “Space Oddity”. La torre de control felicita al Mayor Tom: misión cumplida, puedes abandonar la cápsula espacial. Esta vez no hay humanos a bordo ni, como en la canción, periódicos curiosos de saber qué camiseta tenía el Mayor.
La Sonda Parker ha cruzado el límite de la atmósfera solar: de aquí del mundo, donde estamos, estamos atrapados en campos gravitacionales y magnéticos, allí, más allá de la superficie de Alfven, las partículas se vuelven libres y se dispersan en el espacio como viento solar. Allí es donde llegamos por primera vez. Nos acercamos al Sol como un amigo de toda la vida.
La sonda girará alrededor de nosotros 24 veces más y si puede soportar las temperaturas, podrá penetrar en el territorio solar a menos de 6 millones de kilómetros de la superficie del Sol. Un resultado inimaginable, que nos explicará los mecanismos de las tormentas solares y el funcionamiento de los planetas.
Incluso el Mayor Tom, en respuesta a la torre de control, reconocía que estaba flotando “en una manera peculiar/ And the stars look very different today”, de una manera inusual, como nunca antes, y que las estrellas le parecían diferentes. Luego se sienta en una lata de acero y se da cuenta de la inmensidad de todo, que como humanos nos excluye.