El sorteo no ha llevado ni al Atlético Baleares, sorpresa de esta Copa del Rey, ni a las dos formaciones de Segunda, Girona y Sporting Gijon, como quizás hubieran querido todos. Pero la urna trajo un extraordinario derby que se jugará el 15 o 16 de enero en el Villamarin donde lo que está en juego es la supremacía en la ciudad.
No era fácil eliminar un equipo tan en forma como el Valladolid, pero el Betis lo hizo evitando dar a los hombres de Pacheta la aunque mínima oportunidad, tal como gusta a Pellegrini. Concentrados desde el primer hasta el último minuto, los jugadores en el campo (un once que no preveía experimentos) han demostrado que el partido con el Celta fue sólo un contratiempo.
Fekir es sin duda el arma más, pero todo el equipo ha demostrado la concentración y la clase de los que están luchando en tres frentes, sí, Copa del Rey incluyendo, que este año sería un gran trofeo para levantar. La misma atención y determinación se requiere para el domingo: el adversario de turno, el Rayo Vallecano, este año es un rival directo para los puestos que cuentan.
