Amenazas y violencias de todo tipo siempre son condenables, pero es evidente para todos como una legítima protesta contra un árbitro sinceramente no maduro para dirigir un choque importante de la Liga entre dos de las mejores formaciones españolas, se ha convertido en un problema del Betis y de los beticos. Las amenazas sufridas por Luis Medina Cantalejo, presidente del Comité Técnico de Árbitros, deben ser condenadas de forma clara y firme.
Pero permítanos una reflexión: ante los escandalosos errores del colegiado Muñiz Ruiz en contra del Betis en el partido contra el Rayo, todo lo que tenían que hacer era poner la cara. Habría sido suficiente para todos que alguien de la Federación explicara públicamente porque ocurren episodios tan macroscópicos. Una disculpa a los deportistas y a los perjudicados y un pacto público que en los próximos casos se hará de otra manera.
Sobre todo, los líderes de la categoría arbitral tendrán que explicar a los aficionados, que recordamos son el alma de este deporte (o ex deporte, dependiendo de los puntos de vista), cuál es el uso del Var ya que nadie ha entendido hasta ahora para qué sirve la tecnología si decide todo el árbitro (en este caso cambiando totalmente la cara a una partida). Así, por los errores sufridos se ha pasado a ser culpable. Ciertas declaraciones en la red podían ser evitadas (“Comienza “el reinado …”) pero cierto cómo han dado vuelta al asunto en estas horas es increíble. Los culpables son los los que crean polémica con sus decisiones, no los aficionados.