El tercer día de la peregrinación a la Ciudad Eterna y en espera de la audiencia privada con los obispos que tendrá lugar mañana dentro de la agenda de esta visita ad limina (donde se acude entre otros compromisos a las tumbas de San Pedro y San Pablo), el Papa Francisco se reunió ayer con el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses.
Un viaje, el de Saiz, hecho en compañía de los obispos de Granada y Mérida-Badajoz y que terminará mañana. En la Sala Pablo VI, conocida como Sala Nervi, el agradable encuentro al final de la audiencia general que monseñor Saiz definió “todo un regalo del Señor”. Junto al obispo de Sevilla, durante los varios minutos del encuentro que ha ocurrido según fuentes del Arzobispado “por casualidad”, el vicario general de la diócesis sevillana, Teodoro León.
Dos días de celebraciones los que acaban de transcurrir: de la misa en la Basílica de Santa María la Mayor a la en la Basílica de San Juan de Letrán a la visita a la comunidad italiana de las Hermanas de la Cruz (un twit de monseñor Saiz destacó las palabras de Santa Ángela de la Cruz: “No ser, no querer ser; pisotear el yo, enterrarlo si posible fuera”).
