La decisión de normalizar el virus

La despedida de las normas, al observar cómo se mueven algunos Estados europeos, es sólo cuestión de (poco) tiempo. Después de que el Primer Ministro británico, Boris Johnson (y después de las palabras del español Pedro Sánchez), anuncie la inminente supresión de las restricciones, el virus se encamina hacia una degradación: no más smart working, vía el Green Pass en todo el Reino Unido, no más máscaras obligatorias, ni siquiera en los espacios públicos cerrados y en los medios de transporte. 

Todo esto desde la próxima semana. “Y a partir de mañana ya no necesitaremos máscaras en las aulas… nos apoyaremos en el juicio del pueblo británico y ya no se criminalizará a nadie que elija no usar máscaras”, aparte, especificó, en espacios cerrados y abarrotados donde será buena norma mantenerla. “Pronto llegará el momento en el que podremos eliminar por completo la obligación legal de autocubrirnos, al igual que no tenemos la obligación legal de aislar a las personas si tienen gripe”, dijo. El Covid ya no es una pandemia, sino una endemia. 

Después de las medidas de Johnson, se desencadenó el efecto dominó. Se ha producido que la cifra de hospitalizaciones es inferior a hace un año y la tasa de ocupación de las terapias intensivas está disminuyendo y, en cualquier caso, no es preocupante en relación con el número de contagios. El Primer Ministro francés, Jean Castex, ya ha escrito una hoja de ruta de salida de las restricciones: flexibilidad en la distancia, parada en el “trabajo inteligente”. El mismo discurso en España, donde el presidente del Gobierno dejó claro cómo manejar lo que es ahora un después.

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