Por ahora, las diademas y perlas reales, incluyendo la tiara que siempre llevaban las reinas Margarita y Elena, permanecerán en los fríos stanzones del Banco de Italia. Inútil en el momento es el recurso del abogado Sergio Orlandi, que defiende al príncipe Vittorio Emanuele y los herederos de Umberto II: las joyas de familia el Estado italiano no quiere devolverlas.
“Las joyas se guardan desde 1946 en el Banco de Italia, que no puede disponer de ellas sin una coordinación con las instituciones de la República – esta es la respuesta técnica de Bankitalia – Por lo tanto, la solicitud de restitución presentada no puede ser aceptada, teniendo en cuenta las responsabilidades del depositario”. Y así el abogado de Saboya demandará también a la Presidencia del Consejo y al Ministerio de Economía. Trescientos millones de euros, esta es la estimación, por lo que corre el riesgo de ser una larga y dura querella legal.
Umberto II había confiado a su abogado de entonces depositar los bienes en el Banco de Italia “para ser mantenidos a disposición de quien de derecho” tres días después del referéndum del 2 de junio de 1946 que proclamó la República. Después de 76 años de silencio, la petición de los herederos: “Llegaremos al fondo del asunto, estamos decididos”, destacó Orlandi, con el hecho de que las joyas de la Corona nunca han sido confiscadas.