Ahora podrá alcanzar, a 403 millones de kilómetros de la Tierra, el asteroide que el Instituto Nacional de Astrofísica ha rebautizado con su nombre. Sí, porque Tito Stagno con espacios infinitos siempre tuvo una afinidad. Se ha ido el hombre que contó en el 69 a los italianos el desembarco en la Luna. Todos recuerdan el suyo: “¡Ha tocado. Ha tocado el suelo lunar!” Dirigiendo los puños al cielo.
Lástima que de Houston hubiera otro periodista, el inolvidable y puntilloso Ruggero Orlando, que lo interrumpió: “No, no tocó”. Pero Stagno continuó impertérrito: “Por primera vez un vehículo pilotado por el hombre ha tocado otro cuerpo celestial. Esto es fruto de la inteligencia, del trabajo, de la preparación científica; es fruto de la fe del hombre”. Nada respecto a los recuerdos subliminales de los italianos que aquella noche tocaron la Luna y vieron siempre en los ojos dulces de este cagliaritano nacido en 1930 la confirmación de sus sueños.
Poco importaba si los astronautas americanos habían tocado o no el suelo lunar: el Apolo 11 siempre ha sido suyo. Suyos fueron Michael Collins, Buzz Aldrin y Neil Armstrong (el hombre que pronunció las palabras históricas: “Houston, Tranquility Base here. The Eagle has landed”) y el directo en blanco y negro hizo esos momentos aún más míticos. Era entonces la fantasía que entraba en la casa y que un gran periodista como Tito Stagno nos contó, subrayando: no tengáis miedo.
