Hace bien Pellegrini en decir que “en el final de temporada, cada uno dice que tiene los árbitros en contra, pero son una serie de excusas que ensucian la Liga”. Es el momento decisivo y El Ingegnero quiere poner en claro dos puntos: el primero es distinguirse de quien siempre se queja y eso hace mucho honor a él y al Betis; el segundo es que en un final de temporada convulso como este, no hay espacio para “favores” de ningún tipo. La clasificación, después de de la caída inesperada del Barcelona contra el Cadiz de anoche, se ha puesto mejor de lo que era.
La clasificación, después de la inesperada caída del Barcelona contra el Cádiz de anoche, se ha puesto mejor de lo que estaba. El Betis debe, ahora y a solo tres puntos de los otros, hacer lo que siempre ha hecho: jugar bien al fútbol y creer en las propias posibilidades. Las tres que están delante no son invencibles y, como vimos ayer, regalan agradables sorpresas. La Champions está totalmente al alcance de Betis y si queremos ir más allá en los sueños la historia aún está por escribir, incluso el segundo lugar.
Buenas noticias, a la espera del partido contra el Elche, llegan también de Valencia, donde uno de los pocos jugadores estrellas del equipo entrenado por Bordalás, Guedes, podría incluso no jugar el sábado. Sería un golpe (casi) decisivo para los valencianos, que vimos horribles contra el Osasuna. Ya los equipos de Bordalás no juegan bien, imaginen cuando juegan mal. No subestimemos esto. Pero, y lo decimos sin gritar, el Betis es más fuerte que el Valencia, y mucho.
