Cerrar el partido antes del 9 de mayo, antes del discurso de Putin para las celebraciones rusas. Esta es la línea decidida por la Comisión Europea, lo que significa que la República Checa, Hungría y Eslovaquia y la República Checa, además de haber tenido concesiones en términos de tiempo sobre el petróleo ruso (pueden comprarlo hasta finales de 2024), deberían recibir ayuda monetaria.
En resumen, la “línea roja”, la de la energía, de la que ha hablado Orban, esbozará los nuevos informes: si Hungría ha pedido los fondos Ricovery bloqueados, Bruselas responderá con un par de miles de millones de euros de compensaciones. El problema europeo es tener una posición común en un futuro inmediato. Para una nueva política energética independiente de Moscú no solo hay que eliminar las dependencias, sino, como en el caso de Croacia, por ejemplo, reconvertir las instalaciones. Más dinero. Pero no hay otra manera de mostrarse unidos.