Ha ocurrido algo, este fin de semana que ha cerrado el campeonato italiano (el scudetto va al Milán), que nos puede interesar directamente. La Lazio estaba comprometida con el Verona para consolidar un quinto lugar final. El lesionado Luis Alberto decide no solo no quedarse con los compañeros, sino que toma un avion y regresa a España. Maurizio Sarri, el entrenador de los blancoazules, está furioso, según informan personas bien informadas, también porque al comienzo de la temporada Luis Alberto llegó al retiro de Auronzo con una semana de retraso.
Todo esto para decir que después de cinco años en la Lazio ha llegado el momento para el líder español de cambiar de aires. Las cosas se han acelerado. Entre los pretendientes hay dos equipos italianos que lo valoran (Fiorentina y sobre todo la Juventus) pero también está, es cierto, el Sevilla, el equipo del corazón de Luis Alberto por muchos motivos. Y hay una pista más que nos da esperanza. El jugador quiere la selección española. No es una compra simple tanto para la valoración (40 millones de euros) como para la conocida propensión del presidente de la Lazio Lotito a cobrar mucho por sus joyas (además, el contrato de Luis Alberto expira en 2025 y el otro destacado blancoceleste Milinkovic-Savic debería ser cedido).
Sobre el partido de anoche, dos anotaciones. La primera es que el Sevilla, fuera de lo que será, ha hecho una excelente temporada, los números lo confirman (70 puntos, calificación Champions por tercer año consecutivo). La segunda es que es una vergüenza que la Real Sociedad ya supiera del resultado del Betis: con un equipo desmotivado el Atlético de Madrid no se esforzó demasiado para conseguir los tres puntos decisivos para conseguir el tercer puesto. Una posición que habría merecido el Sevilla.