A los empleados de Twitter no les gustan los recortes de Musk. Oficinas cerradas y riesgo de apagón

La demanda de compromiso “extremo” que pidió como nuevo jefe de la compañía debe haber gustado poco a los empleados de Twitter. El social americano (sede en la libre y progresiva San Francisco) ha vivido en estos días su éxodo masivo.

Primero Elon Musk, ahora propietario, despidió a la mitad de la plantilla, luego más de mil técnicos e ingenieros hicieron las maletas voluntariamente. El estilo del magnate no agrada a nadie y tampoco sus garantías sobre el futuro de la empresa. Más un capitalista puro que un iluminado, piensan hoy los mismos usuarios que en estas horas han popularizado un hashtag: #RIPTwitter, o sea descansa en paz querido social, has llegado al final de la línea.

No son preocupaciones inventadas. Desde ayer y todo el fin de semana, la sede de Twitter está cerrada, hay importantes problemas de conexión y en las oficinas quedan pocos ingenieros (los otros han dimitido). ¿Es el final del histórico canto? Es difícil decirlo.

Musk relanza con un referéndum-señuelo sobre el regreso de Trump a la plataforma – como se sabe, el ex presidente estadounidense había sido expulsado por sus publicaciones extremas y después del asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 – pero no tranquiliza aunque dice que “siguen siendo los mejores”. Habrá que ver si estos mejores le han permanecido fieles o no. Muchos usuarios ya han decidido abandonar Twitter para orientarse luego en plataformas sociales alternativas como Mastodon y Myspace.

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