Italia y España han logrado ponerse de acuerdo para detener la reforma europea del denominado Nutri-score. El ministro italiano de Política Agrícola, Stefano Patuanelli, declaró al respecto: “La adhesión española representaría el fin del Nutri-score, porque con esta alianza hemos creado la minoría de bloqueo. También en Francia los productores se han dado cuenta por fin de los riesgos que corren también ellos contra este absurdo semáforo en los alimentos. La dieta mediterránea es patrimonio de la humanidad y es un valor absoluto”.
El Nutri-score que, según el ministro, “debe dar información y no condicionar a los consumidores” no premia los alimentos complejos en los que sí hay, por ejemplo, grasas (visto como el diablo en la UE, demasiado a menudo presionado por el lobby que de la comida verdadera saben poco) pero se omiten – en las clasificaciones – aportes fundamentales como calcio, vitaminas y otros.
“Engañosa y engañosa para el consumidor” han sostenido recientemente los Consorcios del Parmigiano Reggiano y del Grana Padano. “La utilización de etiquetas de semáforos basadas en cantidades de referencia desconectadas de la dieta y de la ración recomendada, son instrumentos engañosos en relación con la naturaleza real del producto individual, ya que se consideran cantidades difícilmente consumidas en la práctica”.