Exótica Alek Wek lo es sólo en sus ideas en defensa del arte y la solidaridad humana. Cuando llegó, como refugiada, al mundo de los ricos, ese término significaba diferente: diferente por historia y procedencia, lo contrario de las modelos blancas y perfectas que el mundo de la moda proponía todas iguales. Ya en el 97 la chica que vino de Sudán para escapar de la guerra civil era “modelo del año”. Llegó a la cosmopolita Londres acogida como refugiada, fue fácil ir a desfilar por Ralph Lauren y Alexander Mc Queen y conquistar las portadas, pero difícil fue presentarse como testigo de la integración y contra las desigualdades en el mundo.
“Siempre he intentado usar mi posición para hablar sobre el valor de las diferencias. Nunca he entendido por qué unos rasgos físicos tienen que ser más relevante que otros”. Ha renovado la moda y la ha abierto a valores concretos. “Soy una privilegiada” siempre dijo. “Creo que se han hecho esfuerzos increíbles para tratar ciertos temas en la industria, temas que ahora son relevantes, de la inclusión a la sostenibilidad. Pero nos queda muchísimo que hacer porque aún no hemos logrado normalizarlo”. Hermosa y generosa, es una heroína de nuestro tiempo. Activista humanitario, princesa de los refugiados, mente sublime.