Amargo pero no demasiado

Se equivoca quien estaba convencido, antes de este insidioso partido, de que el Betis debe vencer siempre de la misma manera: jugando bien y con gran posesión de la esfera (Pellegrini docet) esperando la oportunidad de que “il catenaccio” del oponente mostrara alguna falla. Así eran los partidos anteriores. Todo el mundo sabe quién es el Betis ahora y también una antigua big de la Liga, el Valencia, que sin embargo es peligroso, parece ponerse bajo el agua para esperar al final al máximo en un empate. Es el impuesto el que se paga a ser fuerte y temido. 

Y ayer fue bien, a nuestro juicio: se podía ganar – ver las ocasiones al final del partido – pero también perder – ídem, siempre en los últimos minutos. Es un buen empate que sin embargo parece haber dejado un poco de amargo en la boca. Gran error de visión. Villareal y Real Sociedad están al lado de la última carrera y el quinto puesto parece realmente a lado. Los goles luego de Fekir y Canales demuestran que increíble salto de calidad ha hecho el Betis en los últimos años. Gol da Champions, de equipo que maneja el juego y las dimensiones del campo con la varita. Cuando regresen los fans, se divertirán, apostamos, y quizás ya con los jóvenes extraordinarios de la cantera en el cesped. 

Así que, ¿por qué sacrificarse? Faltan, al final de la Liga, aquellos turnos que sancionarán, estamos seguros, el conquistado nuevo prestigio del Betis – las alturas de la clasificación. Existe la necesidad de estar concentrados y no sufrir presiones del ambiente. Se ocupan los chicos, tranquilos. Y un empate contra Valencia para aquellos que entienden de fútbol es un buen resultado.

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