Se incendia el Mediterráneo, después de las positivas aperturas de Marruecos al coser las relaciones con España. Argelia ha anunciado que ha cerrado las relaciones diplomáticas con Marruecos, oficialmente por la ayuda de este país a Israel para obtener el estatuto de observador ante la Unión Africana. Los argelinos también afirman que Marruecos tiene vínculos con organizaciones terroristas. En la base está el conflicto histórico referente a la cuestión del Sahara Occidental nunca resuelta. “Pretextos falaces, incluso absurdos”, comentan fuentes diplomáticas marroquíes.
Hace pocos días el rey de Marruecos, Mohamed VI, después de haber vivido meses de malas relaciones con España debido al viaje al país ibérico del líder del Fruente Polisario que Rabat combate, había querido tranquilizar a los vecinos: “Abriremos un paso sin precedentes en las relaciones entre nuestros dos países. El objetivo no era sólo encontrar una salida a esta crisis, sino también aprovechar la oportunidad para redefinir las bases y los parámetros que rigen estas relaciones. Con sincero optimismo, expresamos el deseo de seguir trabajando con el Gobierno español”. Y por un frente que se recompone, otro, entre los dos vecinos enfrentados, Argelia y Marruecos, se vuelve a abrir.
