Para reducir la dependencia del dólar estadounidense, “comenzaremos a estudiar los parámetros necesarios para una moneda común, incluidos los aspectos fiscales, las finanzas públicas y el papel de los bancos centrales”. El anuncio es del ministro de Economía argentino, Sergio Massa, que ha hecho tan público que lo que se rumoreaba desde hace años, la creación de una nueva moneda, es en realidad un proyecto ya iniciado.
En estos días, durante la cumbre de los Estados latinoamericanos, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, y el de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, deberían hacerlo oficial. Por ahora son ellos, pero el “Sur”, así se llamará, podría ser la moneda común de otros países sudamericanos: valdría el 5%, según los economistas, del PIB del mundo.
Una revolución también en el ámbito comercial. “Es el primer paso de un largo camino que América Latina debe recorrer”, comentó Massa. El “Sur” ciertamente no verá la luz mañana ni enviará a la jubilación real y peso, pero ciertamente resolvería algunos problemas a Argentina, que tiene una inflación alrededor del 100% y tiene que imprimir dinero continuamente.
