Cuarenta años después de su muerte, Pratola Peligna en Abruzzo celebró a su hijo más ilustre, como lo hace cada año en un Festival dedicado a él. En realidad John Fante nació en Colorado, hijo de un abruzzese emigrado, y era un italo-americano, uno que no es ni italiano ni estadounidense. Un “greaser”, un “enardecido” como llamaban en tono despectivo nuestros compatriotas de allá, uno lleno solo de sueños y esperanzas de éxito que nadie le deseaba.
Ayudante de camarero en bares o trabajador en una fábrica de conservas de pescado, Fante vivió de trabajos ocasionales. Se mudó a Los Ángeles en 1930 para buscar suerte, tendrá que esperar ocho años para ser reconocido por la crítica y el público como escritor. Es el año de lanzamiento de “Aspetta primavera, Bandini” al que seguirá el célebre “Chiedi alla polvere (Ask to the dust)” que lo consagrará en todas partes.
Ya había terminado “Il cammino a Los Angeles”, pero fue publicado póstumamente. “Full of life”, “La confraternita dell’uva”, “All’ovest di Roma”, “Sogni di Bunker Hill” se encuentran entre sus libros más queridos. Charles Bukowski, por ejemplo, lo llamó “el mejor escritor que he leído, mi Dios”. La industria cinematográfica se apoderó de sus obras maestras.
“Vivid la vida hasta el fondo, tomadla de frente, no dejéis escapar nada”, es toda la energía vital del hijo de un albañil (una relación más que conflictiva, Fante lo consideró “mezquino” por no haber estado a la altura de los ideales del Sueño americano). Se sentía italiano y abruzzés, profundamente: “Había miseria también en Abruzzo, pero era más dulce, compartida por todos como pan que se pasa de mano en mano”, escribió una vez.
Cinco millones de euros para los pueblos. El Turismo de los Orígenes crece también con estas iniciativas
“El financiamiento que ponemos a disposición es de unos 5 millones. Los pequeños pueblos de Italia son 5.500, las propuestas recibidas fueron 845, las elegibles