El no es definitivo. A pesar de la inversión ya realizada de tres millones de euros por los promotores de la operación, la capital catalana no tendrá la sucursal del Hermitage. La sociedad privada (80% del fondo de inversión Varia y 20% de Cultural Development) que estuvo detrás del proyecto de construir en Barcelona una sede del famoso museo ruso pedirá ahora daños – que estiman en un centenar de millones – de lo que ha sido una larga batalla política, con el alcalde Ada Colau en contra del “desembarco” del Hermitage en “su” ciudad.
Ya están sobre la mesa propuestas por toda España para tener las seis salas (al menos este era el proyecto en Barcelona) del Hermitage que, según los cálculos de los promotores, traería casi un millón de visitantes al año y tendría una importante repercusión sobre el territorio, con al menos 400 puestos de trabajo creados a partir de cero. El no de Barcelona se debe a la preocupación de “masificar” el turismo de la ciudad, ya problemático en la movilidad ciitadina.