Todo el amor (el poseido, el perdito el ilusionado, como en la estatua de Becquer) que se consume y termina, simple o trágicamente, y luego revive y deja huellas, entre un verso y otro. La tensión entre la simbiosis (“Somos tan iguales hombre y mujer que el amor y el sexo nos confunde”) y la incomprensión. Las mil caras del amor.
Está todo en “Besos. 50 Poemas de amor y sexo” (Editorial Punto Rojo) que Guillermo Herrera Ruiz y Paloma Aguirre Barco han querido escribir juntos para describir fragmentos amorosos, detalles eróticos y precisamente rastros de besos perdidos. “No conocimos en Enero del 2010. Eran tiempos dificles para los dos”. Pero también el comienzo de una aventura que sigue hasta hoy.
Es un viaje el de los dos autores, en los confines del querer. Todo vale en el amor, todo es comprendido. “Arrancava/ gemito tras gemito/ de tu cuerpo… Para pintar el techo de la habitacion de amarillo”. Algunos poemas son casi haiku y reflejan las contradicciones del amor, si no incluso su surrealismo. Pero hay sangre y materia y nerbo en los poemas. Está la soledad del amor, compartido o no, sobre verdadera razon de ser, sobre futuro. Un libro para leer, pensar, intuir.
