(por nuestra colaboradora en Perú Geraldine García Gamarra) – Cincuenta y ocho muertos y ocho desaparecidos es la última estimación de las inundaciones que han afectado en estas semanas a Perú, en particular al área metropolitana de Lima, en las zonas cercanas a los ríos Rímac, Chillón y Lurin.
El ciclón Yaku ha golpeado la capital y el norte del país con lluvias torrenciales a las que en los próximos días se sumarán las previstas en las regiones más al sur. El ejército y la policía nacional están trabajando en estas horas principalmente para satisfacer las necesidades básicas. La presidenta Dina Boluarte también viajó a Tumbes, Piura, Lambayeque y La Libertad, algunas de las regiones más afectadas por las violentas tormentas, para entregar ayuda humanitaria.
Son 400 los distritos en los que se ha declarado el estado de emergencia. La violencia de la precipitación literalmente se llevó algunas casas y muchas otras personas tuvieron que abandonar sus hogares. La violencia de Yaku es devastadora y decisiva, para hacer balance de la situación general, serán las próximas horas: lo que es cierto hasta ahora es la cuenta de los muertos, de los 12 mil damnificados, y de los 50 mil afectados. El ciclón Yaku es un acontecimiento extremo que se hace cada vez más frecuente quizás a causa del cambio climático: la amenaza virulenta de El Niño Costero fue en 2017, seis años después la historia se repite.
