¿Puede un juguete ser “discriminatorio”? El nuevo código deontológico español pretende “evitar la desigualdad y la imposición de roles tradicionales de género en la promoción de productos dirigidos a menores”. Y las reacciones en el mundo son contradictorias. Para algunos la medida es inútil, la comunicación, subrayan, no puede prohibir referencias sobre el sexo del usuario de la publicidad, que para los pequeños son los padres.
Según la italiana Assogiocattoli entrevistada por La Stampa “la norma española sigue la pista de lo que ya anticipa una ley californiana que impone a los grandes minoristas, desde 2024, tener un departamento ‘neutro’ junto a los de hombres y mujeres. Creemos que se trata de una evolución natural, una eliminación de las barreras ligadas a los cambios de una sociedad cada vez más atenta, sensible e inclusiva en apoyo de nuevos enfoques educativos y formativos, para un concepto de juego cada vez más abierto a todos”. Para otros, un código de conducta, incluso en la cadena de producción, es indispensable.