Si la población envejece, la economía también se ve afectada. Los escasos nacimientos – disminuyen año tras año – ha inducido al gobierno chino a cambiar sus políticas demográficas. En junio, las autoridades ya habían eliminado el límite de dos niños por familia, ahora estarían pensando en eliminar todas las restricciones. Debido a los datos alarmantes: en 2020, los nacimientos en el país asiático disminuyeron en un 22%, por primera vez los mayores de 60 años son más que los menores de 14 años. Números que han obligado al gobierno a rechazar las decisiones de antes (durante décadas se ha ido adelante con el “hijo único”) y mirar la realidad.
Comenzaran con las provincias que tienen la tasa de fertilidad más baja, aquellas al noreste del país. Pero dar la vuelta podría ser más difícil de lo que esperaban. En el pasado, la estricta política del “hijo único” a toda costa ha comportado grandes inconvenientes sociales (abortos forzados y esterilizaciones) que han dejado una huella profunda en los ciudadanos, que ahora, al “libre todos”, podrían hacer pagar al gobierno esas brutalidades de entonces.
