La madre de los idiotas siempre está embarazada, como dice un conocido dicho popular. Si hablan, además, son pericolisos, como en el caso de Andrea Santucci, ilustre desconocido y que desde ayer gracias a su declaraciones está en los primeros lugares de la especial clasificación de los nostálgicos, que en Italia son desgraciadamente todavía muchos. El ex concejal de la Liga en Colleferro, provincia de Roma, quiere titular la célebre plaza de los Partisanos en Roma Ostiense a Adolf Hitler. El ignorante ex político se arroga por otra parte el derecho “a enseñar la historia”, la que él no conoce.
“Me han enseñado que la historia enseña y en el bien y en el mal esta es nuestra historia, creo también que por la ceguera de algunos perdemos mucho en términos de turismo en querer ocultar”. Ah, bueno, no habíamos entendido la finalidad de sus tonterías (Santucci hace el bombero y por lo tanto no debería ser incendiario): bautizar una plaza a Hitler traería más turistas en nombre de esa Historia bestial que el romano exalta. La Liga se ha distanciado diciendo que “no está afiliado a la Liga y, por tanto, no habla en nombre del partido ni lo representa de ninguna manera”.
El intento de poner un parche, después de las salidas de Claudio Durigon que hace sólo unos días propuso dedicar el parque a Latina titulado a Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, los magistrados símbolo de la violencia de la mafia, a Arnaldo Mussolini. Tan grandes estas afirmaciones que quizás una medida para los dos sería: enviarlos a la escuela, con el delantal, por cinco años al menos. Que al menos hagan la primaria.