Hay quien, sin grandes esfuerzos de fantasía, ha propuesto la obvia solución de Don Benito-Villanueva, es decir, los nombres simplemente unidos. ¡Venga! Hace falta un plus de fantasía para dar a la nueva ciudad de Extremadura – los dos lugares han decidido en efecto con un referéndum de estar juntos de ahora en adelante – y por eso se ha solicitado una prórroga que será hasta el 30 de mayo. Hay una Comisión de 14 personas detrás de esto.
Como dijo Julio Carmona, que preside el grupo, la decisión de aplazamiento se tomó “siendo un tema que implica cumplir con un tema de gran dificultad y por tener que realizar consulta previamente en el Registro de Entidades Locales acerca de la posible inclusión de cualquiera de los dos nombres en dicho registro”. El nombre de la nueva ciudad deberá ser representativo también de la Historia y de la Cultura del territorio, además de ser diferente de todos los demás existentes en España para no crear confusión. Es un problema.
