Charles Foster Kane dijo en “Cuarto Poder”, la obra maestra de Orson Welles: “Solo una persona puede decidir mi destino, y esa persona soy yo”. Las mismas palabras y apellido, pero ningún parentesco con otro famoso, Harry Kane, el centrocampista de los Leones de Inglaterra. Harry, contra las disposiciones de la FIFA y un cierto menefreghismo de muchos de sus colegas, usará durante la Copa Mundial un arco iris por los derechos LGBT. Como capitán, cuál es, solo para que Qatar sepa cómo piensan él y sus compañeros de equipo.
Es importante decirlo – y ahora, no en diferido – en un país donde “ser gay significa tener un trastorno mental” (palabras de Khalid Salman, embajador de la Copa Mundial de Qatar). Lo mismo hará otro campeón, a pesar de las normas Fifa y arriesgando una tarjeta amarilla (están discutiendo en estas horas): Manuel Neuer, portero y capitán de Alemania.
Las leyes futbolísticas prevén la prohibición de usar accesorios “personalizados”. “Es una declaración a favor de los derechos humanos. Y si hay multas, estoy personalmente dispuesto a pagarlas”, dijo Neuer. Otros jugadores importantes se esconden. No es la primera vez.
