Fuera de la lógica de la UE, Serbia se habría asegurado (firma en unos días) suministros de gas de Rusia a un precio de favor, aproximadamente un tercio del pagado por los demás países. El Presidente Vučić lo habría hablado directamente con Putin, con quien tiene buenas relaciones. Y Hungría podría almacenar una parte del gas que necesita Serbia, que importa de Moscú el 80% de sus necesidades energéticas.
Fuentes del gobierno serbio dicen que no habrá problemas de abastecimiento, gracias precisamente al acuerdo (que se extenderá a la electricidad) con Hungría. Vučić y el Primer Ministro húngaro Orban se reunieron recientemente y aseguraron la asociación de buenos amigos, no solo sobre gas y alimentos, sino también sobre “ayuda mutua” en caso de necesidad.
Sobre la mesa también una participación de Serbia en la central nuclear Paks 2. Belgrado ha condenado formalmente la reciente invasión rusa de Ucrania, pero no está dispuesta a apoyar las sanciones económicas contra Putin.
