Lo peor parecía haber pasado frente a la amenaza del huracán Ida. Pero más que en Nueva Orleans, hizo el mayor daño en los estados de Nueva York y Nueva Jersey. El balance es dramático: al menos 45 víctimas de las inundaciones. Trenes suspendidos, evacuación de la metropolitana, líneas eléctricas saltadas: Nueva York registró ayer en una hora 80 milímetros de lluvia, que los expertos dicen es la mayor cantidad caída en la historia de la ciudad americana.
La gobernadora Hochul, que se instaló hace unos días, declaró el estado de emergencia. “Fue absolutamente sorprendente, la gente no estaba preparada”, comentó Hochul. Ida se desplazó primero sobre los Estados meridionales, luego adquirió fuerza dirigiéndose hacia el norte. El torneo de tenis US Open ha sido suspendido. Y no ha terminado: la próxima pesadilla se llama Larry, otro huracán que podría llegar a la costa el viernes.