El reportaje de Mediaset se llama “Francisco y los invisibles. El Papa encuentra a los últimos”. Es un documento de gran valor humano el confeccionado por Fabio Marchese Ragona del TG5 italiano: el Papa encuentra a Giovanna, Maria, Maristella e Pierdonato, cuatro personas que por motivos diversos (sin techo, víctima de violencia, cadena perpetua, excluidas de la vida social) han perdido todo. Contundentes las respuestas del Papa, sobre la violencia contra las mujeres: “Es muy grande el número de mujeres golpeadas, abusadas en casa, incluso por el marido. El problema es que para mí es casi satánico” y “humillante, nunca dar una bofetada en la cara. La dignidad es la cara”.
Y sobre el hacinamiento de las cárceles: “¡Es ciertamente un muro, no es humano! Cualquier condena por un crimen cometido debe tener una oportunidad, una ventana… Por eso la Iglesia está contra la pena de muerte, porque en la muerte no hay ventana, allí no hay esperanza, se cierra una vida… La cárcel debe tener ventanas”. Y la llamada del Pontífice es a no entrar “en una cultura de la indiferencia donde tratamos de alejarnos de los verdaderos problemas, del dolor de la falta de vivienda, de la falta de trabajo”.
El Papa recuerda también a quien hace una limosna a los pobres sin corazón: “Cuando ella da la limosna, ¿mira los ojos y al pobre? La mirada de un pobre te cambia” y condena la usura, uno de los grandes males de nuestro tiempo: “Un pobre, una persona que tiene necesidad, cae en las manos de los usureros y lo pierde todo, porque éstos no perdonan. Es crueldad sobre crueldad”.
