Es fundamental para llegar a otros Mundos, como bien sabemos desde el siglo XV, cuando Sevilla era, gracias al descubrimiento de las Américas, la capital de todo el planeta. Sevilla no puede vivir sin su puerto, el único puerto marítimo en el interior de España, una joya repartida en 850 hectáreas destinadas a la logística y la industria, 4.000 metros de muelle, 5 terminales portuarias, un crucero y 3 muelles públicos, sede de la primera zona franca, 200 empresas como cinturón industrial para 20.000 trabajadores.
Abrió la exposición en la Fundación Cajasol de la Plaza de San Francisco sobre los 150 años de su historia. Fotografías y planos, maquetas de buques y útiles de navegación, tres audiovisuales, los momentos en definitiva salientes de la historia del Puerto.
Fue un puerto fenicio, romano y árabe y el lugar que recibió a los que habían descubierto las Américas. En 1814 tuvo lugar la primera modernización con la Real Compañía de Navegación, tres años después de la construcción del primer barco de vapor, el Real Fernando. En 1852 se inauguró el puente de Isabel II, actualmente, puente de Triana.
La compañía naviera Ybarra inauguró la línea Sevilla-Bonanza. El Plan Moliní (1903-26) desarrolló el Canal de Alfonso XIII, facilitó la entrada al puerto al crear una embocadura más accesible que permitía evitar tres meandros en la entrada del Puerto.
Nuevos muelles, como el de Nueva York (desde allí partían hacia los Estados Unidos), construido en 1905, que trajo prestigio al Puerto y a la ciudad. El Muelle de Tablada y el de las Delicias, por ejemplo, unieron el área con la nueva zona creada para la Expo del 29.
El Puente de San Telmo se construyó en 1931 y Chapina se cerró en 1948 para ser transformada en una dársena. Un gran cambio se produjo en 1990 (la Expo de 1992 mejoró su aspecto e infraestructura) cuando el Guadalquivir volvió a su forma original. Es el corazón de la ciudad y acaba de cumplir 150 años.