El folleto llegó al buzón de los diputados italianos hace un par de días. Garantismo y liberalismo los principales contenidos, pero lo más importante es sin duda que ha empezado el marketing. Silvio Berlusconi ha vuelto. La verdad es que nunca se había ido y la política del Belpaese también depende mucho de él. Con el folleto, Berlusconi lanzó su campaña más importante, la de convertirse en Presidente de la República. De los primeros conteos no tiene los votos – los debe conquistar también en el otra mitad del campo, para usar una expresión futbolística – pero, como saben los italianos, nada es imposible para el fundador de Mediaset.
En general los candidatos “verdaderos” para la Presidencia se esconden, pero esto nunca ha sido el estilo de Berlusconi, que de hecho ha vuelto a lo antiguo – en la portada de “Yo soy Forza Italia”, así se llama el folleto, está él con los brazos levantados – apostando todo en su figura e historia personal. No es favorecido, incluso por alguna perplejidad de demasiado entre los suyos que no ven bien Mario Draghi como Presidente del Gobierno por otro tiempo.
Berlusconi necesita votos del PD e Italia Viva, el partido de Matteo Renzi. Para llegar a ser Presidente de la República también deben haber acontecimientos favorables: la primera mujer en el más alto cargo del Estado, como la gente pide, no se encuentra, Mattarella ha anunciado que de un bis no se habla en absoluto. El viento de la fortuna vuelve a soplar del lado de Silvio.
