Mallorca, Atlético de Madrid y Atlético de Bilbao no cambiarán la historia de una temporada que ya está en los créditos. Depende de dónde lo mires, si el vaso está medio lleno o medio vacío. Hay factores positivos innegables: la clasificación para la Champions, una vez más (no es algo obvio). La sensación de poder competir, al menos durante buena parte de la temporada, con las grandes. Quien es partidario de lo bueno que se ha visto en el campo, apela indudablemente al gran número de lesiones sufridas.
Otros elementos llevan a decir que la temporada ha sido insuficiente. Muchos esperaban más y no un equipo agotado como era el que jugó con el Villareal en La Ceramica. Para la expectativa que se había creado, llegar tercero o cuartos, sin la sensación clara y precisa de poder luchar por el título, no es suficiente. El juego es emocionante solo en algunos partidos. En otros, el Sevilla sufre mucho el juego de los oponentes. A veces parece jugar a la italiana, tal vez en largos tramos del mismo partido, retrocediendo, incluso demasiado, y confiando en los clásicos contraataques.
La directiva apoya a Lopetegui, pero la plaza expresa cada vez más sus dudas sobre el juego deseado por el entrenador. Algunos fichajes de estos años han sido decisivos, pensamos en Acuña y el Papu Gómez, y otros absolutamente secundarios, como Martial por ejemplo. Quiero decir, la duda ha entrado en la casa y no hay forma de alejarla.
La pregunta que creemos que debe hacerse claramente es: ¿el Sevilla podrá el próximo año y temporadas siguientes luchar para el título? ¿Es esta la ambición de todos o no? Y además: ¿Lopetegui ha hecho su tiempo en Sevilla? ¿O se quedará para conseguir mejores resultados? ¿Cómo? (no está muy claro, de hecho)
En definitiva, ¿es este el nivel del Sevilla que debemos esperar en las próximas temporadas o podemos esperar algo más? Sobre estas cuestiones es justo que respondan de forma clara, de lo contrario se crean confusiones inútiles.