Finalmente, in extremis, en la ruleta de penaltis, el dios del fútbol se acordó de ese día en el Azteca de la Ciudad de México. Era el 29 de junio del 1986 y otro dios, Diego Armando Maradona, levantó al cielo la Copa. El Pibe se fue hace dos años, entre un Mundial y otro. Pero no antes de haber indicado en Leo Messi a su heredero, otro número diez, que hoy ha querido dedicar a sí mismo, a su nación y a Diego su promesa cumplida. Argentina es campeón mundial después de 36 años.
El Albiceleste, dirigido por un joven técnico de extraordinaria habilidad, Lionel Scaloni, había empezado mal: derrotada en el primer partido por Arabia Saudita, vivió también el miedo a la eliminación, pero sufrió, se compactó partido tras partido, sacó esa “garra” que aturdió a los oponentes. Muchas son las similitudes con la Italia campeona en 1982: el mismo escepticismo a su alrededor, una presión enorme sobre ella, que hace temblar las piernas.
En pocos partidos, Argentina se ha vuelto granítica, con Messi autor de un extraordinario Mundial, pero también con buenos jugadores que fenómenos no son como Montiel, Romero, Mac Allister. Francia empató el partido cuando ya no lo creía y casi lo gana en el último minuto con Kolo Mouani. Tuvo el mérito de no darse por vencido nunca, como es en el carácter de su entrenador Didier Descamps, que hace cuatro años la puso en la cima del mundo.
Un partido que entra por derecho en la historia del fútbol. Por un tiempo y medio Argentina hace lo que quiere, jugando un match perfecto: dos goles de ventaja, gracias a la pareja Fideo-Pulce, es decir Di Maria y Messi que, inspirados, doblegan a Francia, también moralmente. Un penalti regalado por el central Otamendi permite a Mbappé marcar desde el disquete. Se duplicó poco después con un estupendo corte y firmó su ‘hat-trick’ personal con otro penalti, cinco minutos antes del final de la prórroga, después de que Messi había anotado su segundo gol, llevando a Argentina a tres a dos.
Un partido legendario, con cambios constantes, calidad y cantidad, un himno a este deporte impredecible. Se va a los penaltis: los dos primeros los marcan los dos protagonistas de la tarde, Kylian Mbappè y Leo Messi. El francés Coman falla el siguiente, Dybala la pone dentro. También el tiro de Tchouameni sale, Argentina toma la doble ventaja con Paredes. Montiel hace exultar a todo un país.