“Tenemos enormes reservas de cobalto y titanio, también tenemos litio y manganeso. En nuestro subsuelo están presentes dieciséis de las treinta y cuatro materias primas críticas”. Europa necesita no depender de China para la transición energética. Y así Adolfo Urso, ministro del Made in Italy, se movió, de acuerdo con sus colegas francés y alemán, es decir, el ministro de Finanzas Bruno Le Maire y de Economía Robert Habeck, para una “estrecha cooperación en los sectores de la extracción, de la elaboración y del reciclaje”.
El eje entre Italia (que ha querido a la mesa Leonardo, Fincantieri, Enel y StMicroelectronics), Alemania y Francia prevé encuentros a corto plazo sobre tecnologías digitales y verdes y la constitución de un fondo estratégico europeo sobre las materias primas, para no sufrir la dependencia de terceros (que llega hasta el 90% para ciertos componentes), como sucedió después del estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania. China da mucho miedo. Por ello, los objetivos comunes de los tres países son fundamentales en un futuro de automóviles eléctricos y plantas de energía renovable.
