No se dejen engañar si el mercado hasta ahora parecía firme y los precios estables o incluso en caída. Cuando todo vuelva a la normalidad, y las señales indican que el mercado se está reactivando, el problema estará al descubierto. Algunos dicen que la nueva burbuja inmobiliaria está a punto de explotar. En primer lugar, hay un gran número de familias que, aprovechando el mercado y habiendo ahorrado en tiempos de pandemia, puede acceder a casas más grandes y cómodas. Los que alquilan tendrán cada vez más problemas para encontrar una casa.
Es una paradoja, pero los datos dicen esto. Suben los precios, poco pero de manera constante, y suben también las compraventas además de las hipotecas. ¿Pero qué importa? Los españoles han acumulado 100.000 millones de euros en los dos años de la pandemia. Y eso es suficiente, dicen los expertos en bienes raíces, para soñar.
Cómo hacerlo, lo decide el mercado, que tiende cada vez más a excluir a quienes no quieren comprar una casa. Los precios de los alquileres, especialmente en las metrópolis, están por las nubes y ponen a mucha gente en apuros. En resumen, todavía no estamos en la burbuja que tanto hizo sufrir los ahorros hace más de una década pero la tendencia es la misma y es siempre la misma: quien tiene tiene, quien no tiene está fuera.