Fue la madre de Adrian, el asesino que mató y descuartizó sobre pareja y madre de la hija de 4 meses, en su casa en Estepa en la noche del 2 de junio. ” Me lo confesó a mí y yo lo entregué cuando él me lo dijo a mí”, dijo a Canal Sur Radio Georgina, de origen rumano: “Quiero decir que estoy sufriendo mucho… Pero yo no tengo la culpa de nada”. Y sobre ese aire de venganza contra su familia que preocupa mucho a los investigadores, comenta: “Que nos dejen vivir en paz, que nos dejen tranquilos, que no tomen represalias contra mí… Pido perdón, como madre, al mundo entero”.
Una tragedia que ha dejado a todos consternados, especialmente por la joven edad del asaltante y de la víctima, la que le sucedió a Estepa, donde – ya está la confesión del autor del hecho espeluznante – Adrián N. a sólo 23 años mató y descuartizó a su compañera y madre de su hijo de sólo 4 meses, Rocío Caíz, que aún tenía 18 años para cumplirlos. En el momento de la detención del joven hubo momentos de gran tensión y un intento por parte de jóvenes de golpear la furgoneta con la que la Guardia Civil se llevó al joven.
No hubo grandes dudas desde el principio sobre quién era el culpable: el teléfono de Adrian indicaba que el hombre nunca se movió de Estepa y la compra de una motosierra en Internet, probablemente aquella con la que destrozó a la pobre, fueron inmediatamente entre las evidencias más evidentes.
El asesinato quizás no se cometió en la casa donde vivían los dos y – el juez impuso el secreto de sumario – sólo los peritos que desde ayer están en el trabajo pueden añadir a este triste suceso otros macabros particulares. Del asesino sabemos que es de origen rumano, llegado a España con su familia a apenas diez años, sin trabajo a juicio de quien lo ha frecuentado últimamente y sobre todo – detalle que despierta aún más horror – que estaba con Rocio desde hacía seis años, Es decir, desde que eran niños.
